Hace unas semanas pudimos asistir en clase a una charla sobre una personas en concreto Toni, Guillermo, María y Laura que nos hablaron de la dureza y la agonía de su vida y de si verdaderamente tenía sentido.
Primero empezó hablando Toni que nos comentó que empezó a beber descontroladamente desde que sus padres perdieron la vida en un accidente de tráfico, y también de las tristeza que sentía por no ser respetado como homosexual. Llegó incluso a dejar de beber pues asistió a diversos centros de desintoxicanción pero finalmente recayó aun sabiendo las consecuencias que eso traería. De los que estaban allí, junto con Guillermo, eran los dos que mas dudaban sobre si tenía sentido su vida.
Posteriormente prosiguíó hablando Guillermo que sería finalmente la historia mas triste pues como nos dijo Pipol acabó suicidandose. Nos relató que desde muy pequeño se enganchó a las drogas y que debido a su adicción no mantenía casi contacto con su madre, aunque ella soñaba con que algún día su hijo se recuperara y pudiera emprender una nueva vida.
Después llegarían las historias que terminarían acabando con un final feliz. Al primer caso pertenece la historia de María que nos contó que se quedó embarazada desde muy joven y que el padre la abandonó cuando se enteró de ello. Actualmente y gracias a Dios se encuentra feliz trabajando en un supermercado y cuidando de su hijo.
El otro caso del que hablamos es el de Laura que nos habló de los problemas de anorexia que sufríó también de joven pero que actualmente ha podido salir adelante gracias a la ayuda de sus seres mas queridos y se encuentra estudiando en la universidad.
La reflexión que tendríamos que sacar después de esta charla es que todos nosotros sin excepción ninguna tenemos una finalidad, un objetivo en esta vida y que nadie por pasar unos momentos de dificultad en la vida deba plantearse si su vida tiene sentido. Pues como nos han enseñado las historias de Laura y María siempre hay una salida a esos problemas.
Adrián y Alejandro.
